En épocas de crisis, donde los márgenes son muy pequeños y la diferencia o supervivencia se logra a fuerza de eficiencia, muchas empresas han tenido que hacer recortes de personal solo para mantenerse a flote. Otras, por su parte, han logrado la supervivencia con reducciones en sus paquetes de beneficios, suspensión de aumentos o bonificaciones por tiempos prolongados, y reducción de jornadas laborales de puestos no críticos.

Si bien estas medidas son las más habituales a la hora de recortar costos, la forma en que se llevan adelante claramente hace la diferencia, ya que las consecuencias en su modo de implementación es lo que impactará en la satisfacción laboral de sus empleados.

MEDIDAS MAL IMPLEMENTADAS

Las principales consecuencias de una mala implementación de estas medidas son:

  • Desaliento, desgaste, agobio.
  • Perdida de cultura corporativa positiva (que se tardó años en conseguir).
  • Falta de compromiso o dificultad para motivar al personal.
  • Renuncian personas que son importantes para la empresa (aquellas que realmente no se quisieran perder).
  • Altos costos por ineficiencias y por salidas de personal conflictivas

En conclusión, colaboradores que representan un costo para la empresa pero que no cumplen sus labores o que lo hacen de forma deficiente, sin compromiso. Es la pérdida de calidad del staff de personal de la empresa.
Esto se debe, a que generalmente los empleados más talentosos, mejor entrenados, son los que mayor probabilidad de irse tienen, llevándose con ellos años de entrenamiento y know how de la empresa.

MEDIDAS BIEN IMPLEMENTADAS

Las principales consecuencias de una implementación bien pensada de estas medidas son:

  • Compromiso de los empleados para luchar junto a la empresa.
  • Fortalecimiento de la cultura corporativa positiva (salir de las crisis juntos, en equipo).
  • Mayor productividad/ eficiencia interna (todos buscan minimizar costos), un objetivo en común.
  • Retención de talentos/ personas claves (aquellas que hacen la diferencia).
  • Minimización de costos por mayor eficiencia.

En conclusión, se preserva la calidad del equipo de trabajo, generando una sinergia que impulsa a lograr los mejores resultados alcanzables, bajo un entorno positivo y productivo.
Esto en definitiva contribuye a la ventaja diferencial de la empresa que termina haciéndose más competitiva en tiempos de crisis.

¿PORQUE VALE LA PENA HACERLO BIEN?

Las crisis son como las guerras, en ellas todos perdemos. Lo importante entonces, es contar con un equipo de soldados formados y comprometidos, que conozcamos bien, para luchar por su empresa con el mismo compromiso que lo haría usted.

Asesorarse preventivamente para implementar este tipo de medidas, claramente mejorará la rentabilidad de su empresa.

Autor: Karina Boggio.